Para proteger el Receptáculo, los Soñadores duermen.
A través de su devoción, Hallownest durará toda la eternidad.
"...en sus Archivos, rodeada de niebla." | "...en su Torre, observando la ciudad." | "...en su Guarida, entre la profunda oscuridad más allá del reino." |
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Elegía para Hallownest[]
Los primero cuatro versos son enseñados durante la secuencia inicial del juego, sin embargo, la versión completa sólo se encuentra dentro de los archivos del juego.
En los bosques agrestes, con respeto y tristeza pronuncian tu nombre,
Nadie podía domar nuestras almas salvajes, pero tú te ganaste el renombre,
Bajo vigilancia pálida, nos enseñaste, cambiamos, Redimimos nuestros básicos instintos,
A bicho y bestia le otorgaste un mundo nunca visto.
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Nuestros amados sueños hasta el infinito diste y otorgaste, Pero tarde descubriste que en deseos, nada hay que baste. ¿Cómo domar nuestro egoísmo? Todo tu ser nos diste, y aún continuaste, pero nuestros deseos y sueños perduraban, aunque tus energías agotaste. De ello surgió un mal, espantoso e impío, que nuestra sed de violencia nos devolvió. Nos volvimos bestias o cascarones vacíos, y la luz de lo alto nuestras almas consumió. En tu cadáver aún resuenan los gritos insatisfechos de aquél, que dolor, pérdida y sueños en su coraza quiso mantener. A través de su dolor, hallamos una verdad amarga como la hiel: Los deseos y los sueños solo la oscuridad total los puede detener. |